La salud siempre será un tema muy importante, no solo en personas vulnerables, como niños ancianos y mujeres embarazadas, es por eso que el hígado graso es una enfermedad muy común que podría desencadenar complicaciones muy serias. Es por eso que la vigilancia de la función hepática, es una de las mas importantes en el cuerpo ya que cuenta con múltiples funciones, ayuda a digerir los alimentos, almacenar energía, producción de proteínas asi como eliminar algunos fármacos y depurar toxinas.

De acuerdo a la opinión del Edgar Velázquez Chávez, Médico Internista y Especialista en Geriatria del IMSS Yucatán, la enfermedad del hígado graso, para su entendimiento e importancia en la población se divide en dos, el que está desencadenado por consumir bebidas alcohólicas y el que está desencadenado por factores como obesidad, resistencia a la insulina, hipertensión, malos hábitos alimenticios.

“La enfermedad hepática grasa o “higado graso” es un padecimiento en el que se acumula grasa en el hígado.” Existen dos tipos de Hígado Graso:

  • Enfermedad hepática grasa no alcohólica – En este padecimiento se acumula grasa en el hígado, pero este no se inflama.
  • Esteatohepatitis no alcohólica – En este padecimiento se acumula grasa en el hígado y este se inflama.

Las personas que beben mucho alcohol pueden desarrollar un padecimiento similar a la esteatohepatitis no alcohólica, pero este padecimiento aparece en personas que no beben alcohol o que beben muy poco.

En México, el hígado graso  tiene una prevalencia del 16 por ciento en la población general; sin embargo, este padecimiento se presenta con mayor frecuencia en personas de 40 a 50 años de edad. Por otro lado, en la población Yucateca, debido al número de personas con obesidad y enfermedades crónicas como diabetes, se ha llegado a registrar que de un 25 a 35 por ciento de la población tiene hígado graso.

Las causas son multiples, sin embargo se produce con más frecuencia en ciertas personas; por ejemplo, aquellas que:

  • Tienen sobrepeso
  • Sufren diabetes mellitus, que hace que los niveles de azúcar en sangre sean demasiado altos
  • Tienen colesterol alto

Es una condición silenciosa que tienen pocos o ningún síntoma, sin embargo la fatiga, malestar general y en etapas mas avanzadas la ictericia son los signos mas comunes observados en los pacientes que padecen esta enfermedad.

Es por esto que ante sospecha de esteatohepatitis no alcohólica, es probable que necesite:

  • Estudios de laboratorio especificos.
  • Un estudio de imagen del hígado, por ejemplo, un ultrasonido, una tomografía o una resonancia magnética nuclear.

Algunas personas necesitan una biopsia del hígado. En esta prueba, el médico toma una pequeña muestra de tejido del hígado y luego otro médico observa la muestra con el microscopio en busca de indicios de esteatohepatitis no alcohólica. Esta es la única prueba con la que se puede determinar realmente si tiene ese padecimiento.

La esteatohepatitis no alcohólica no se trata directamente, pero puede mejorar al tratar otros padecimientos médicos que con frecuencia aparecen en forma simultánea. Por ejemplo, bajar de peso y controlar un nivel alto de azúcar en sangre y colesterol puede ayudar a mejorar la esteatohepatitis no alcohólica.

Estableciendo objetivos claros en la atención por el medico.

  • Ayudarlo a crear un plan para bajar de peso, si tiene sobrepeso – Si su médico le recomienda que baje de peso, es importante que lo haga lentamente. No baje más de 1.6 kilogramos por semana.
  • Tratar su alto nivel de azúcar en sangre, si tiene un nivel alto
  • Tratar su alto nivel de colesterol, si tiene colesterol alto

Estos cambios tienen otros beneficios, además de ayudar a controlar la esteatohepatitis, ya que también pueden reducir sus posibilidades de tener un infarto o un accidente cerebrovascular.

En general, la esteatohepatitis no alcohólica no empeora con el tiempo, pero a veces puede producir lesiones graves en el hígado, lo cual recibe el nombre de “cirrosis” incluso cáncer de hígado. La cirrosis puede generar diferentes síntomas, como inflamación en las piernas, dificultad para respirar o cansancio.

La Vitamina E y el Omega 3 son buenos para proteger al hígado; sin embargo, es importante que se evite la automedicación. Ya que algunos estudios sugieren que la vitamina E puede reducir en parte el daño hepático que se produce como parte de la esteatohepatitis no alcohólica. Por otro lado, también existen estudios que indican que las dosis altas de vitamina E aumentan el riesgo de muerte.